Por: José Naranjo
Hace calor estos días en Dakar. Mucho calor. En una amplia sala de la Feria Internacional CICES de la capital senegalesa, donde se está celebrando el Foro Social Africano, una veintena de personas discute apasionadamente. Casi todos son miembros de asociaciones campesinas y agricultores venidos de distintos puntos del país. Cada uno va contando lo que pasa en su localidad, en su comunidad, en su región, donde grandes empresas y terratenientes se están quedando con lo mejor de las tierras cultivables y desplazando a los agricultores locales. En el centro de la mesa, una mujer entrada en la cincuentena vestida con un traje tradicional trata de ordenar el debate y definir estrategias de lucha. Es Mariam Sow, militante feminista y por los derechos de los campesinos que lidera en Senegal la lucha contra el acaparamiento de tierras. “Estamos obligados a resistir para salvar la agricultura familiar. No podemos permitir que los inversores extranjeros se queden con nuestra tierra”, asegura.