Se nos está haciendo tarde para aplicar el freno de la revolución a la locomotora progresista, para ser los protagonistas de nuestra vida a diferentes escalas. Se nos acaba el tiempo, un “demasiado tarde” tras otro van cayendo con las horas. “Los relojes de mi infancia/ tocaban campanas locas;/ como si se adelantasen/ al tiempo dando las horas”. Antes de que se descubra el pastel, mientras dura el colocón, mientras suene la música, antes de que pillen el engaño: decidamos, votemos, salgamos a la calle, aseguremos las defensas, pasemos al ataque, porque “Resbálase la edad, el tiempo vase,/ días, meses, años van corriendo/ y aprieta la ocasión: no se te pase”. Oriol llora porque lo sabe.