Puntadas sin hilo | Arturo González
Es una evidencia incontestable que la casi totalidad de españoles siente un absoluto desprecio, o en el mejor de los casos indiferencia, hacia los políticos, sin distinción alguna e incluso hacia aquellos a los que votan. Esto supone un gravísimo problema democrático. El más importante. Pero lo sorprendente es que los políticos no se avienen a las exigencias de los ciudadanos, sino que pretenden, y desgraciadamente logran, que sean los ciudadanos quienes se ciñan a sus postulados y decisiones.