No puede hallarse en la Historia otro crimen tan atroz ni tan fríamente calculado como el que aniquiló a millones de seres humanos en los campos de concentración nazis. Reducidos al estado animal, sometidos a la más espantosa degradación moral y física, hombres, mujeres y niños fueron salvajemente torturados y arrastrados a las cámaras de gas por el solo hecho de pertenecer a una raza considerada inferior o de sostener creencias religiosas o políticas antagónicas a las de la «raza de los señores». Hitler fue el origen de este furioso torbellino de la muerte. Pero no estaba solo. Parte de un pueblo fanatizado por la propaganda, educado en el desprecio hacia el hombre no ario, le ayudó a borrar de la faz de la tierra a sus pretendidos «enemigos».
El Holocausto, también conocido como Shoah o Shoá, es el nombre que se aplica a la persecución y genocidio de los judíos, y de algunos otros grupos minoritarios de Europa y norte de África, llevado a cabo por la Alemania nacionalsocialista durante la Segunda Guerra Mundial mediante el asesinato sistemático e industrializado.
Según el criterio más o menos restringido que se adopte para definir el Holocausto, la cifra de víctimas varía. Algunos historiadores lo circunscriben a lo sucedido entre los judíos y el Tercer Reich (unos 5,8 millones de víctimas). Otros estudiosos consideran que debe aplicarse también a las víctimas polacas, y a otros pueblos eslavos y gitanos. Un tercer grupo amplía el término para que abarque también a los homosexuales, los disminuidos físicos y mentales y los Testigos de Jehová, de modo que se estiman en 11 o 12 millones las víctimas del Holocausto, de las cuales la mitad eran judíos.
Se calcula que murieron víctimas de este exterminio 6 millones de judíos, aparte de unos 800.000 gitanos, 4 millones de prisioneros de guerra soviéticos o víctimas de la ocupación (fueron también objeto de exterminio sistemático), polacos e individuos calificados de asociales de varias nacionalidades (presos políticos, homosexuales, discapacitados físicos o psíquicos, delincuentes comunes, etc.). La exactitud de las cifras de muertos es dudosa, pero las aproximaciones oficiales son las siguientes: polacos judíos (15,56 %) y no judíos (13,78 %), alemanes judíos (13,33 %), eslavos ( 26,66 %), prisioneros de guerra soviéticos (17,78 %), gitanos ( 3,56 %), y alemanes «arios» opositores políticos (generalmente personas con ideas de *izquierda y librepensadores) (6,67 %), discapacitados (1,34 %) y homosexuales (1,12 %)
La eliminación física de los judíos se realizó de forma sistemática, meticulosa y efectiva conforme a una estrategia bien elaborada que a veces se califica de «industrial»
http://www.documentales-online.com/el-holocausto-cronica-de-un-exterminio-marcas-de-la-memoria/
Sinceramente no he acabado de leer el post. Es too much para mi body. Quiero aprender, saber, conocer, pero algunas cosas me superan. 😦
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Leer estas cosas ponen los pelos de punta, y a pesar de que conocer estos crímenes no ayudan a cambiar lo que paso, si debería concienciarnos, de que los genocidios siguen pasando en paises africanos sin que los gobiernos pongan coto a estos desmanes.
Un saludo.
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A pesar del tiempo transcurrido, sigue dejando helados todos los sentidos… Y aunque nos cueste creerlo, esto mismo sigue ocurriendo en demasiadas partes del mundo. ¿Condición humana…?
La lo dijo un filósofo: «el hombre es un lobo para el hombre…» Y no mejoramos…
Buena entrada, Andrés.
Un abrazo
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Así es plumayluz. Cuando se habla de atentados contra la humanidad como crímenes de guerra, genocidios etc… la pregunta que uno se hace es ¿por qué tanta barbarie?, ¿por qué el hombre en vez de construir se ha dedicado a destruir? La verdad, no hay una respuesta, el poder, la insensibilidad, el poco respeto por el otro, han hecho que estos crímenes sucedan.
Un abrazo.
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Andrés, en mi blog tienes mi nominación al VERY INSPIRING BLOGGER AWARD. Un abrazo.
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Gracias lurda55, esperaré unos días por si llega otro premio, y si no es así, haré un post con mi agradecimiento y los nominados.
Un abrazo.
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Ufff…
La única explicación para esto, es que se habían dejado el cerebro en su casa.
No lo entiendo.
Grrrr…
Saludicos Andrés y feliz semana 😉
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aaaaaHHH, pero estos tenían cerebro??? Saludos y buen comienzo de semana.
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Jajajaja XD
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El 27 de enero se cumplen 70 años de la liberación de Auschwitz. No hay manera de explicar el horror pese al tiempo. Estoy preparando un post al respecto, y coincido en todo con tu publicación, Andrés.
Un saludo cariñoso desde Argentina.
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Estoy seguro que ese post te saldrá de guinda… (como todos los que haces). Nunca se sabrá exactamente cuántas personas murieron en Auschwitz-Birkenau, el mayor campo de exterminio alemán. Miles fueron enviados a las cámaras de gas inmediatamente después de bajar de los trenes en los que los habían deportado, sin siquiera ser registrados.
Un saludo desde Madrid.
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Y el exterminio de Stalin no resulta atroz, o el bombardeo Dresden, etc ??
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Dresde había sido uno de los núcleos culturales de Alemania. Era una ciudad repleta de museos y edificios históricos. Lo que no se entiende es por qué los Aliados arrasaron la ciudad de Dresde cuando el final de la Segunda Guerra Mundial en Europa estaba tan próximo.
Un saludo.
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Que tragedia y que vergüenza de que algo así pudiera suceder.
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Las guerras son crueles, y en todos los casos es la población la sufre en mayor medida las consecuencias…
Un saludo.
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