Adivina el desenlace: un italiano mujeriego, dos jóvenes cortesanas, el reservado de un restaurante y ostras francesas.
Dicen que hay dos tipos de casanovistas: aquellos que intentan probar que todo lo que Giacomo Casanova (1725-1798) escribió es cierto y los que tratan de probar que todo lo que escribió es falso. Pongamos un ejemplo, partiendo de la base que todo lo aquí contado es bien cierto:
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