IR A LA NOTICIA
Por: F. Javier Herrero | 26 de septiembre de 2013
Soldado de la caballería alemana en Saint Quentin y Laon (Francia) / Archivo General de Palacio
En el Kurdistán iraquí hay una ciudad que se ha convertido en el paradigma de la capacidad letal y destructiva que tienen las armas químicas. El crimen tuvo lugar en la fase final de la guerra de Irak contra Irán en los años 80. Tal fue su devastación que la llamaban la ‘Gernika’ kurda. Se trata de Halabja, una ciudad de unos 70.000 habitantes que el 16 de marzo de 1988 vio como le llovía del cielo un cóctel químico a base de gas mostaza y gas sarín lanzado por la aviación del ejército de su propio país.